viernes, 31 de julio de 2009

Sobre Neil Young y ciertas agujas mortales.

I - Un disco imperdible.
Una de las consecuencias de comprar CD’s de manera compulsiva, es que a veces compras tantos que alguno de ellos no son escuchados de inmediato, sino que son cuidadosamente clasificados, etiquetados, guardados y luego redescubiertos unas semanas o meses después. Ese fue el caso con el CD de Neil Young, ‘Live at the Massey Hall”, grabado originalmente en el año 1971 y que solo vio la luz hasta el año pasado. Comprado en Newmarket, Ontario un dia antes de regresar de un viaje de trabajo a Canadá en Abril del año 2008, lo escuche medio dormido durante el vuelo de regreso a Venezuela, y luego quedó traspapelado, entre un montón de otros objetos personales. Luego, el estudio obsesivo para una certificación profesional, y a seguidas una severa depresión/paranoia, y finalmente un severo episodio en mi salud mental, se encargaron de que no pudiera concentrarme en mis asuntos habituales por varios meses. Hace dos semanas, ordenando el vasto desorden de objetos personales en La Victoria, encontré dicho CD mezclado entre una torre de películas porno (perdon, Mr Young,a pesar de que reivindico el porno sin verguenza). Debo decir que este CD es realmente es una maravilla. Dos décadas antes de que MTV descubriera que tocar sin amplificadores era ‘Cool’, ya Young había grabado a manos limpias este testimonio de su talento brutal. Solo un hombre, su guitarra y su piano. Un disco imprescindible para los amantes de la buena música. Como dato curioso, en este disco se tocaron por vez primera clásicos como 'The Needle and the damage done’ y ‘Old man’, que luego fueron incluidos en ese disco seminal en la historia del rock llamado Harvest, el lp mas vendido del año 1972, el cual fue el que realmente lanzo a Young al estrellato, luego de su aventura con Crosby, Stills & Nash. Una de las canciones del disco me hizo recordar una triste historia que presencie mientras trabajaba en Ámsterdam.

II – Un guitarrista amateur notable
Corría el año 1997, y yo me encontraba trabajando en un proyecto en Ámsterdam. Siendo un amante empedernido de la música rock y blues, frecuentaba varios sitios nocturnos donde se presentaban bandas en vivo. Unos de esos sitios se llamaba Bourbon Street, al igual que la famosa calle homónima de Nueva Orleans. En aquel tiempo, había una banda que hacia ‘Jam Sessions’ los miércoles en la noche, con cualquier tipo de canciones de rock clásico o de blues. Muchos músicos, incluyendo los venezolanos de la banda ‘Laberinto’ participaban en las sesiones, pero ninguno brillaba como un guitarrista de origen asiático, el Jimmy Hendrix de Ámsterdam. No importaba lo dificultoso de las canciones, así fueran de Jimmy Hendrix, Eric Clapton, Jimmy Page, Carlos Santana, Eddy Van Halen o Stevie Ray Vaughan, este señor las tocaba con una naturalidad, facilidad y desparpajo impresionantes. El tío era tan bueno, que aunque el día de sus presentaciones era atravesado en la semana, el local se atiborraba de fanáticos. No recuerdo su nombre, pero recuerdo el mote que le puse: ‘El Jimmy Hendrix Chino de Ámsterdam’. Recuerdo que la novia era una verdadera 'Barbie' holandesa, de esas que me hacian aguar la boca, pero de las cuales solo obtenia sexo por 100 Florines en el barrio rojo. Dada su juventud, el cielo era el límite para este brillante guitarrista. Imaginaba que algún día el futuro, yo podría decir con orgullo: Yo lo vi tocar en un bar de Amsterdam.

III - Ver la aguja y el daño hecho.
Recuerdo un miércoles donde el hombre no se presento, y algún guitarrista tuvo que improvisar en su lugar, pero no era tan bueno como el otro, ni de lejos. Las ausencias se fueron haciendo mas frecuentes, hasta que otro guitarrista lo sustituyo de manera permanente. Cuando inquirí al bajista venezolano sobre el paradero del guitarrista estrella, su repuesta fue escueta: ‘Ese chino ta’ jodio, cayó en la heroína’. Dicho lo suficiente, no volví a preguntar. Sin embargo, una tarde de otoño, poco antes de mi regreso a Venezuela, pase por la estación central de trenes de Ámsterdam, y lo vi reunido con otros adictos. Me pare a escrutarlo: el especto sucio, flaco y desaliñado denotaban que en verdad habia caído en las redes de las drogas duras. Sin embargo, le note un soplo de vitalidad que me hizo pensar que quizás no todo estaba perdido. Quizás su novia o los amigos lo ayudasen a recuperarse.
Un año después, luego de un periplo de trabajo por Venezuela y Chile, estaba de regreso en Holanda, pero esta vez iba a estar asentado en Utrecht, trabajando como era usual, para una compañia de seguros. Un día domingo, luego de visitar una exposición en el RijksMuseum de Ámsterdam (y como no, de comprar unos disquillos en la mega tienda de Virgin Records), me dirigí a la estación central de Ámsterdam, y por curiosidad me asome al lugar donde pululan los junkies, y ahí estaba el antiguo Jimmy Hendrix, solo que esta vez estaba cambiado: el color cetrino de la piel, la ropa sucia, la expresión demudada, los ojos vacíos. Entonces supe que el daño estaba hecho, el brillante guitarrista ya se había ido, y en su lugar solo quedaba un despojo, un alma en pena. Antes de proseguir mi camino al andén 5, le dirigí a esos autenticos zombies una última mirada entre lástima y pena mientras escarbaban frenéticamente la basura en busca de dios sabe que objetos necesarios para alimentar sus vicios: colillas de cigarros, jeringas, que más da. Ya a bordo del tren a Utrecht reflexione que quizás los ‘Junkies’ se aglomeran en torno a las estaciones de trenes porque ellos también compraron un ticket de ida sin vuelta en un siniestro tren que quizás sea un poco mas lento, pero que de manera ineluctable e implacable los va llevar a ese lugar oscuro y silencioso del que nadie regresa. En ese momento recordé la hermosa y triste canción de Neil Young:

I've seen the needle (He visto la aguja)
and the damage done (y el daño hecho)
A little part of it in everyone (una pequeña parte de eso hay en todos)
But every junkie's (pero cada adicto)
like a settin' sun. (es como un sol ocultandose)

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"Needle And The Damage Done" (By Neal Young)

I caught you knockin'
at my cellar door
I love you, baby,
can I have some more
Ooh, ooh, the damage done.

I hit the city
andI lost my band
I watched the needle
take another man
Gone, gone, the damage done.

I sing the song
because I love the man
I know that some
of you don't understand
Milk-blood
to keep from running out.

I've seen the needle
and the damage done
A little part of it in everyone
But every junkie's
like a settin' sun.


Link del video en YouTube.
http://www.youtube.com/watch?v=k0t0EW6z8a0

viernes, 10 de julio de 2009

RUSH Hour
















Esta semana he estado escuchando a Rush, mi banda favorita, y por eso he decidido pubicar un refrito que publique en mi espacio de MSN en Marzo del 2008, luego de ir a un concierto de dicha banda en Toronto.

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"Begin the day
With a friendly voice
A companion, unobtrusive
Plays that song that’s so elusive
And the magic music
makes your morning mood"

Rush, The Spirit of Radio.
RUSH Hour.

Es la tercera vez que veo a Rush en Vivo, y espero que no sea la última. Al contrario de sus contrapartes de Génesis, los cuales hace 2 semanas mostraron signos evidentes de haber estado 15 años sin tocar, el grupete de Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart esta en plena producción musical y sigue muy lejos de estar acumulando oxido, para alegría y deleite de sus seguidores. Luego de 30 años, Rush sigue siendo una maquinaria musical de primer orden, y en sus conciertos lo demuestran de manera contundente. Banda de bandas, el estilo hibrido y original de Rush le ha valido tener al mismo un publico fiel e incondicional (grupo al cual me adscribo) y también muchos detractores, entre los cuales curiosamente se encuentran muchos seguidores del rock progresivo y el metal. Los seguidores del rock progresivo clásico, los cuales escuchan bandas como Génesis, Yes, Camel, Jethro Tull, etc, aducen que su estilo es muy estridente, y que eso es metal (Ja!). Los fanáticos metaleros en cualquiera de sus estilos (por ejemplo, Metallica o Iron Maiden) dicen que son muy suaves y que Geddy Lee canta como una jeva (Jo!).
Con la humildad que me caracteriza, y con la autoridad que me da tener una colección realmente masiva de discos de Rock, además de haber visto en vivo todo tipo de bandas, yo les digo una vaina: Al que no le guste Rush es un equivocado mardito (así, con R) que hay que meter en la misión robinson.
No solo es la complejidad y belleza de sus canciones lo que sorprende, es la perfección técnica y el virtuosismo de Geddy Lee en el bajo y los teclados, Lifeson en la guitarra y de Neil Peart en la batería en cada una de sus canciones. Hay muchos grupos que tienen canciones que suenan fantásticas en el disco, debido a las ventajas que tiene estar en un estudio de grabación y poder editar y mezclar la música a su antojo, pero muchas veces sus canciones no suenan igual en concierto, y esta es otra de las cosas sorprendentes de un concierto de Rush: son capaces de reproducir a la perfección todas sus canciones en vivo (no sin la ayuda de ciertos dispositivos tecnológicos), incluyendo todos esos sonidos y campanitas y vainas que suenan en canciones como Xanadu, Subdivisions, Closer to the Heart, Spirit of Radio, etc. Es todo un espectáculo ver la facilidad y la velocidad de cómo Geddy lee cambia de tocar el bajo a los teclados y viceversa, y como a veces toca los dos a la vez ¡¡¡¡ (con la pequeña ayuda de unos pedales, obviamente). Eso sin contar con la destreza extraordinaria de Neil Peart, uno de los mejores bateristas del mundo (si no el mejor). En fin, todo un banquete sonico para el que sepa algo de música.
A los renegados, y a los neofitos que creen que Korn o Linkin Park son lo maximo, habría que llevarlos a un concierto de estos carajos, para que la iluminación les llegue de coñazo y los tumbe al suelo, como a San Pablo, y sean convertidos de inmediato ante el esplendor de una banda extraordinaria.
Ave Rush, guardianes de la esfera sagrada de Cygnus X_1 y sumos sacerdotes del templo de Syrinx: tus adeptos te saludan con reverencia y respeto.