martes, 12 de julio de 2011

El Barsa y los clasicos de este año






Nunca es tarde para enviarle mis felicitaciones Barcelona FC por sus triunfos de este año: La liga por tercer año consecutivo y la segunda Champions League en 3 años, lo cual no es poco. Estos nuevos laureles, mas que el triunfo de un equipo, representan la victoria de toda una filosofía, si se quiere romántica del juego, que da primacía al buen trato del balón, al juego elegante y virtuoso por encima de otras consideraciones pragmáticas, y que honra al futbol como deporte y espectáculo de masas. Salid y divertíos, le dijo Guardiola al equipo antes de salir a la cancha en Wembley. Enhorabuena para Pep y sus muchachos.

Pero ahora que la temporada de futbol ha terminado, y el calor de los clásicos Barsa-Madrid ha quedado atrás, haremos unos comentarios generales sobre Mourinho y su estrategia en los cuatro clásicos disputados entre Abril y Mayo. Cuando era niño, quizás cuando estaba en quinto o sexto grado, tenía un amigo en el colegio con el cual jugaba al juego de ‘La vieja’, conocido también como ‘Tres en línea’ o ‘Tic Tac Toe’ en los países de habla inglesa. Como el lector recordara, el tablero de ese juego es una cuadricula de nueve posiciones, con filas y columnas de 3 posiciones. El primero que llene una fila o una columna con el mismo símbolo, sea un cero (0), o una equis (X), gana. El amigo mío era más rápido mentalmente que yo, y casi invariablemente, me ganaba. Cansado de ser vapuleado en tan simple juego, una noche me puse a pensar en una estrategia para evitar ser derrotado, y ¡Bingo! Me vino una idea: Si yo detectaba que mi adversario iba a llenar una línea o columna con una ‘X’, yo inmediatamente iba a bloquear su intento, colocando un ‘0’ en dicha fila o columna, desbaratando esa posibilidad. Al día siguiente, mi estrategia fue exitosa: Mi amigo ya no pudo ganarme. El problema era que yo tampoco le ganaba, porque estaba demasiado concentrado en no perder. La partida ahora siempre terminaba en empates, y pronto el juego se hizo tan predecible y anodino, que no jugamos mas, el juego había perdido su magia. Y eso exactamente fue el resultado de la estrategia de Mourinho en los clásicos, a juzgar por su magro resultado: Dos empates a un gol (uno por penalti a favor del Madrid), un triunfo del Barsa 2 a cero, gracias a la genialidad de Messi, y un triunfo del Madrid por la mínima y de contragolpe. Cuatro juegos enredados y sin vistosidad.

Y es que estaba muy claro lo que Mou quería al ver el juego conservador y la disposición táctica del Madrid en los cuatro partidos. Cuando sacrificas a un Ozil en el mediocampo por un perro de presa como Pepe (justamente expulsado en uno de los juegos), cuando pones a jugadores con el potencial creador de Xabi Alonso o Di María dedicados exclusivamente a romper juego, cuando dejas solo a un punta aislado, desconectado, esperando el balonazo salvador, sea este Cristiano (lanzando manotadas de impotencia), Adebayor o Higuain, cuando todo un equipo que aspira a romper la hegemonía del Barsa se repliega a su cancha, esperando un contragolpe salvador, tú no quieres ganar el juego: lo que quieres es no perder. Los juegos se vuelven enredados, grises, aburridos. Y esa estrategia te puede funcionar en un solo juego, como sucedió en la copa, pero no en dos, lo cual fue el caso de la Champions. Al final el juego virtuoso del Barsa fue premiado, y la estrategia conservadora del Madrid fue castigada, aunque es necesario destacar que solo la genialidad de Messi pudo romper el terrible catenaccio mouriñista en la eliminatoria de la Champions.

Pero como Mou es tan autosuficiente, posiblemente piense que su estrategia estuvo perfecta, solo que algunos detalles no le salieron como tenía previsto. Recordemos su respuesta luego del memorable cinco a cero que el Barsa le propino al Madrid en su propia casa: “Como técnico, del uno al nueve, me pongo diez”. Como Condorito, solo me resta decir: ¡PLOP! Solo Hugo Chávez, a quien le agradezco que su bocota sin control nunca haya hecho ningún comentario sobre el Barsa, le supera en soberbia. Si le preguntáramos de nuevo a Mou sobre el resultado de la eliminatoria de la Champions, seguramente su respuesta seria la siguiente: Si a Pepe no lo hubieran expulsado, si Adebayor o Cristiano hubieran tenido más tino, si Casillas le hubiera parado esos dos goles a Messi, si el Barsa no hubiera tenido un 70% de control del balón, si a mí no me hubieran expulsado y si Pedro no anota en el segundo juego, seguramente hubiéramos ganado la eliminatoria. ¿Por qué?, Mou, ¿Por qué?

Y si, se le reconoce al Madrid que jugando apegado a los rígidos esquemas tácticos de Mourinho, los merengues ganaron en buena lid el partido por la copa, pero en este caso les puedo decir lo mismo que don Miguel de Unamuno le espetó a Franco y sus legiones fascistas: ‘Venceréis, mas no convenceréis’ . En contraste, en la liga y la Champions, el Barsa no solo venció: convenció, y gustó. Larga vida al Barsa, mientras existan equipos como este, el futbol seguirá siendo un deporte hermoso, digno del título de Deporte Rey.