lunes, 14 de febrero de 2011

Febrero 14

Cada vez detesto más las convenciones sociales y las costumbres establecidas, por lo cual un día como el de hoy, en el que todos celebran a un supuesto santo de inclinaciones románticas que nunca existió, me resulta ciertamente repulsivo. Ver a todos esos imbéciles comprando chocolates, flores, peluches y unos ridículos globos en forma de corazón me enferma, me asquea. Eso sin nombrar a los que compran unos arreglos florales de metro y medio de alto y pagan ingentes sumas de dinero, por bienes de efímera belleza que solo dos días después se va a marchitar. Cuantos discos de Porcupine o de BeardFish, cuantas buenas películas, cuantos buenos libros y cuantas cervezas se hubieran podido comprar con todo ese dinero desperdiciado. La historia del supuesto Valentín es tan falsa, que hasta la propia Iglesia Católica eliminó a este santo durante una purga realizada durante el año 1969. Y miren que a Roma le gustan las mentiras. Yo particularmente creo en una feliz estrofa de The Cure que reza ‘No one ever knows or loves another’. El lavado de cerebro, la sugestión imbuida en las mentes de los incautos por parte de las maquinarias publicitarias es tan fuerte, que algunos cretinos hasta se tornan depresivos si no tienen una relación amorosa para estas fechas. Como si fuera un asunto de vida o muerte. Para iluminar un poco a los incautos que creen en todas estas sandeces sobre el amor y la amistad, he sacado unas definiciones de esa fuente de profunda sabiduría que es el 'Diccionario del diablo' de Ambroise Bierce, apodado por Carlos Fuentes como 'Gringo Viejo', y cuyas felices lineas son una especie de biblia personal para mi persona.


Amistad, s. Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno solo en caso de tormenta.

Amor, s. Insania temporaria curable mediante el matrimonio, o alejando al paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal. Esta enfermedad, como las caries y muchas otras, sólo se expande entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras, que respiran el aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación. A veces es fatal, aunque más frecuentemente para el médico que para el enfermo.

Santo, s. Pecador fallecido, revisado y editado. La Duquesa de Orléans refiere que aquel viejo e irreverente calumniador, el mariscal de Villeroi, que en su juventud había conocido a San Francisco de Sales, dijo al oír que lo consideraban un santo: “Estoy encantado de enterarme de que Monsieur de Sales era un Santo. Le gustaba decir groserías y solía trampear a los naipes. Por lo demás, era un perfecto caballero, aunque un tonto”.


PD. Ah, se me olvidó ayer. Hay que enviar el saludo de San Valentin. Este saludo se lo envio a los coñoemadres que supuestamente me estudian y me espian, a los hijoeputas de la radio, a los que no crean en lo que digo, a los que digan que soy mentiroso o falso, y a todos los coñoemadres e hijoeputas en general. El compositor es un genio desconocido de la internet que se hace llamar el Zar Torrejón.


MALDICIÓN LLANERA, GITANA, GUAJIRA, YANOMAMI Y BOLIVARIANA
AUTOR: ZAR TORREJÓN

Permita Dios te resbales
al fondo de una letrina,
que sufras de escarlatina
y fiebres intestinales:
que vivas todos los males
que jamás sufrió un humano,
del sarampión africano,
la aftosa y el sarampión,
y te crezca un batallón
de corronchos en el ano.

Permita Dios te devore
el pus de la gonorrea,
que te agobie la diarrea
y el cáncer te deteriore;
que un incordio se te aflore,
que pierdas dientes y pelos;
que padezcas de desvelos
y que de forma violenta
las almorranas sangrientas
se te desplomen al suelo.

Permita Dios que los rayos
del culo bien se te rajen,
con el dolor de los callos;
que sufras de mil desmayos,
que padezcas de mareos,
que despidas un venteo
de arrogante fetidez
y te cagues cada vez
que quieras soltar un peo.

que te rompa diez costillas
las ruedas de una gandola,
que te caiga una pianola
de golpe en las espinillas;
que te cundan las ladillas
las cejas y las pestañas
que ruedes de una montaña
y te pongas como un churro
y que el machete de un burro
te perfore las entrañas.

Le doy fin a esta descarga
con vehemencia a Dios pidiendo
te dé cuando estés muriendo
una agonía bien larga,
en donde el diablo te salga,
desnudo bailando rumba,
y cuando al fin ya sucumba
tu carapacho sin cuerda
un epitafio de mierda
grabaré sobre tu tumba.