jueves, 3 de mayo de 2012

Mayo 03

Escucho muchos rumores desde las casas vecinas. Por ejemplo, escuché algo así como que me habían esperado en un lugar de Caracas y que no entendían por qué no había ido. Repito. Repito. No veo TV ni escucho radio, y no sé que están diciendo en los medios, en el caso de que sea verdad que están diciendo algo. Si es verdad, pues estoy muy agradecido. Como les dije, escucho conversaciones en las casas vecinas, desde aquí, en la tranquilidad de mi cuarto. No sé nada. Nadie me ha dicho nada. Salgo muy poco, debido a la acuciante falta de dinero. Yo entendí hace tiempo que los periodistas son amigos y de nuevo les agradezco, y quiero escuchar lo que me quieren decir, pero desconozco absolutamente que están declarando o proponiendo. Mientras tanto, estoy tranquilo. Yo estoy puliendo detalles de mi escrito, que supongo publicaré la próxima semana.

En caso de que quieran comunicarse, pues aquí les mando de nuevo mi e-mail, el cual ya les había puesto en otra ocasión, hace 9 meses.

gusnava@hotmail.com

Esa es la única manera de comunicarse conmigo: por favor manden un e-mail e identifíquense, porque no tengo la más mínima idea de quienes son. Estoy a ciegas, no sé qué dicen ni por donde hablan. Y si quieren que los llame, pues les agradezco que manden el teléfono y seré yo quien los llame de inmediato sin ningún problema. Y si quieren que vaya a Caracas, pues yo voy, le pido dinero a mis hermanos y voy a escuhar sus propuestas. Eso si, mi teléfono no se lo voy a dar a nadie, sin un previo estudio de cada caso. Me da pánico dar el teléfono de forma pública. Es una de mis manías, de los tics seguridad que me han quedado.

Otra cosa: he escuchado que dicen que soy un energúmeno lleno furia. Eso no es cierto, la última vez que estuve en tal estado de ánimo fue hace dos años, por una razón específica: el deplorable incidente de las mentiras sobre Barquisimeto, esa metida de pata. Pero lo que pasó, pasó y hay que pasar la página. En este momento estoy en un estado de calma y paz que no había tenido en muchísimos años. Es por eso que no estoy deprimido ni nada por el estilo debido a mi situación laboral y económica. He alcanzado el estado de nirvana, una especie de nihilismo extremo. Y me gusta estar así.

Una última cosa: también he escuchado que los periodistas tienen meses tratando de comunicarse. Si eso es verdad, de nuevo les aclaro que no tenía la más mínima idea de eso. De nuevo, les agradezco y les reitero mi disposición a comunicarme por el canal ya señalado.