lunes, 30 de abril de 2012

Abril 30

Ah, los rumores. Me llegan a los oídos, indetenibles, incontables. Algo está pasando allá afuera, y no sé bien que es. Yo imagino que hablan de mí por TV y Radio o algo por el estilo. Mientras tanto, la gente habla, y yo escucho uno que otro comentario desde mi habitación. Parece que me leen hasta en el exterior, y ha habido muchos comentarios sobre mi último texto, sabrá Dios por qué. Parece ser que se espera que yo diga algo. Me pregunto cual es ese algo. Sospecho que siguen profundamente errados sobre mi persona. Supongo que algunos no saben que vivo como un recluso, por andar sin dinero. A veces, me entra un dinerito mínimo por las clases de Inglés a mi sobrina, y entonces voy al centro a tomarme un café y matar la urgente necesidad de comerme un dulce. No veo TV a excepción del Futbol y de los Simpsons, ni tampoco escucho radio, por lo que realmente no se que están diciendo los señores de los medios. He escuchado por ahí que quieren hablar conmigo, que tienen propuestas de trabajo. Luego de publicar mi próximo texto, podremos hablar, en caso de que todavía quieran hablar conmigo.

Pero hoy escuché un verdadero exabrupto. Dicen que odio a todos los portugueses. Alto ahí. Yo tengo en gran estima a la nación de Pessoa, de Saramago, de Madredeus y de la hermosa Teresa Salgueiro. Eso sin contar con mi gran aprecio a la noble y numerosa colonia portuguesa de nuestro país. Es más, ni siquiera odié a Figo cuando ha cometido el desliz de marcharse al Real Madrid. Los sábados estoy estudiando un poco ese bello idioma a través de las canciones de Madredeus y los poemas de Pessoa. Con solo escuchar ‘O pomar das larangeiras’ o ‘Haja o que houver’ ya me entra una ‘saudade’, una ‘vontade de chorar’.

Con respecto a mis comentarios hechos sobre Mou y Cristiano, supongo que fueron injustos, y hechos al calor de las dos derrotas sufridas en 3 días. Los títulos de Mourinho en cuatro ligas están a la vista, y negar sus méritos sería ridículo. Con respecto a Cristiano, ahí lleva 43 goles en la liga, por si alguien duda de que sea un ariete formidable. Es solo que no me gusta la actitud de ambos, llamémosle su estilo comunicacional. Prefiero 100 veces el estilo Pep al estilo Mou, o el estilo Messi al estilo Cristiano. Supongo que a partir de ahora habré de ser más prudente con lo que diga, si es verdad ese rumor de que soy leído en otras partes.

Y ese tonto comentario sobre mi negada portu-fobia, lo han asociado con otro un rumor sobre una chica muy, muy especial, que nunca he olvidado. Si eso fuera cierto, realmente me moriría por verla. Y si estuviera en Marte, iría a Marte a verla. Pero en mi corriente situación, ¿Qué podría hacer? Yo sigo aquí, atrapado en mi laberinto personal.

Algunos se preguntan que por qué no he respondido. No entienden. No hay apuro. Cuando escribo estos textos catárticos, acostumbro a que la escritura se prolongue en el tiempo. Eso es parte del proceso. Recuerdo, pienso, escribo, lloro. Sí, me permitido llorar luego de escribir, porque he comprendido que eso forma parte del proceso sanador y de mi re-humanizacion. He vivido el infierno de nuevo. Luego de escribir, leo lo escrito, razono, a veces entiendo algunas cosas y cambio lo escrito. Yo mismo me estoy aplicando psicoterapia. Algo importante está ocurriendo: me estoy curando. Yo pensaba que me faltaban años para eso. Me ha llegado una verdadera epifanía y he comprendido muchas cosas, como que he sido injusto con los periodistas a pesar de su tremenda metida de pata. Estoy transitando en la noche oscura del alma y eso tiene su ritmo y sus tiempos. No hay apuro en terminar el texto, y menos ahora, que debe ser corregido. He esperado toda mi vida por esto. Sin embargo, tengo que ser duro con ciertas gentes y con esta sociedad. Precisamente por eso: porque es parte de mi proceso sanador. Luego podremos hacer las paces. Sin embargo, me debato sobre cómo decir ciertas cosas, o si decirlas del todo. “Tengo miedo de no ser digno de mi sufrimiento”, dijo alguna vez Dostoievski. Una parte me dice que es la hora de la grandeza, de olvidar lo pasado, y otra que es la hora de la Vendetta. Supongo que al final puede haber algo de ambos.