"Oh mi corazón se vuelve delator…”
Soda Estéreo.
Ella me pidió que le entregara mi corazón. Gustoso, accedí de inmediato. Con la mano derecha, hurgué en mi pecho, lo extraje y se lo entregué. Ella hizo un gesto de rechazo, y se retiró sin hablarme. Solo entonces noté que era un corazón sin carne, nervios o sangre: Era un pesado corazón de metal oxidado. Fui a un espejo a examinarme: Ahí estaba la cavidad en mi pecho, también hecho de metal herrumbrado. Con desagrado reconocí un mal sueño, y decidí despertarme.