Bienaventurado el loco que pasa con el pie sangrando
Bienaventurados los que caminan por los caminos como fantasmas
Bienaventurados aquellos a los que les falta un zapato
Bienaventurados los que lamentan la muerte de un perro callejero
Bienaventurado el borracho que duerme en la acera
Bienaventurados los consumidores de crack en los callejones
Bienaventurada la prostituta en la estación del metro
Bienaventurado el que le paga
Bienaventurados los que se clavaron muchas espinas
Bienaventurados los que no tienen espinas ni rosas
Bienaventurados los que son recibidos a pedradas
Bienaventurados aquellos a los que ladran los perros
Bienaventurados los que conocen la risa de la hiena
y el mordisco del chacal.
Bienaventurados los que gritan su miseria por las ventanas
Bienaventurados los que no tienen ventanas
Bienaventurados los que rumian su amargura en silencio
Bienaventurados, Bienaventurados…
Gustavo Nava Vera, Septiembre 2008.